Al igual que las principales ciudades de Europa y América, Montevideo, como capital del país, vivió una gran transformación urbana al final del siglo XIX. El crecimiento de la población y las transformaciones económicas generaron nuevos espacios.
La ciudad se extendió en nuevos barrios, diferenciados entre zonas industriales y residenciales. De la misma manera que en París o en Londres, se crearon bulevares y avenidas. Las corrientes urbanistas de la época consideraban imprescindible crear espacios verdes que aseguraran aire limpio a la ciudad y lugares de esparcimiento a la población creciente.
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