La modernización económica también tuvo su expresión en las formas de vivir y sentir. A partir de la década de 1860 comenzó a producirse una transformación en la manera en que los uruguayos se relacionaban entre sí, expresaban sus sentimientos, trabajaban y pasaban su tiempo libre. A ese proceso se lo denominó disciplinamiento y dio origen a lo que se llamó cultura civilizada, una época en la que se afirmaron la culpa, la vergüenza y la disciplina.