Hacia finales del siglo XIX, la sociedad uruguaya comenzó a vivir cambios muy importantes. El país empezó a recibir miles de inmigrantes provenientes de varios países de Europa, el Cercano Oriente y, en menor medida, de Asia. Los inmigrantes escapaban de regiones empobrecidas y en guerra, en busca de un mejor futuro. El comportamiento de la sociedad empezó a transformarse, las familias se hicieron más pequeñas y la mujer comenzó a acceder a nuevos espacios en el trabajo y estudios superiores.