En agosto de 1897 el presidente Juan Idiarte Borda fue asesinado. Este episodio demostró la poca capacidad de negociar pacíficamente que había en Uruguay en ese momento histórico. El país estaba dividido por una guerra civil entre el gobierno colorado y el Partido Nacional. Se ponían en discusión el sistema político y la forma de elegir a los gobernantes. Las denuncias sobre fraude y engaño electoral eran frecuentes. Uruguay vivía un momento de gran tensión política.