Los gobiernos de Julio Herrera y Obes (1890-1894) y Juan Idiarte Borda (1895-1897) desarrollaron una política definida por tres conceptos: exclusivismo colorado, colectivismo e influencia directriz. Esta manera de gobernar, resultado de la modernización política que se produjo durante el militarismo, le dio al presidente la posibilidad de ejercer plenamente las capacidades que le otorgaba la Constitución de 1830. En 1897 una guerra civil puso fin a esta etapa.