El carnaval es una fiesta de origen religioso que se celebra en casi todo el mundo. Uno de sus rasgos más singulares es que permite que "el mundo se dé vuelta" y que la rutina se rompa por unos días para dar lugar al festejo y el juego.
En Uruguay, en el siglo XIX la fiesta tomaba toda la ciudad y los sectores más pobres salían a la calle al son de las comparsas. La ropa de los amos servía de disfraz para los esclavos y esclavas. Había guerras de agua y huevos en cada esquina. Pero a lo largo del siglo XIX las costumbres fueron cambiando y desde 1870 el gobierno buscó regular y disciplinar la fiesta. Con la modernización, el carnaval dejó de ser una fiesta libre para convertirse en una oportunidad para el descanso.
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