En 1897, Francisco Piria inauguró su castillo en Maldonado, en tierras que había comprado unos años antes. El castillo reunía distintos elementos que ayudaron a construir una leyenda alrededor de su propietario. Más allá de los mitos, Piria fue un empresario muy exitoso que contribuyó a la extensión de varias ciudades, desarrolló la urbanización de Piriápolis y la construcción de los complejos hoteleros. También fue rematador, especulador inmobiliario, planificador urbano y alquimista.