Después de la guerra del Paraguay, en la década entre 1865 y 1875, la economía del Uruguay vivió un período de gran inestabilidad. A lo largo de esos años de crisis se instaló una lucha entre oristas y cursistas. Estos extraños nombres refieren a dos grupos que se enfrentaban a raíz de su visión sobre cómo debía manejarse la vida financiera del país, la actividad bancaria y qué tenía que hacer el gobierno respecto a eso.