Durante la Guerra Grande el bando blanco, liderado por Manuel Oribe, estableció una alianza con Juan Manuel de Rosas. Luego de su renuncia, Oribe se trasladó a Buenos Aires donde fue nombrado comandante del ejército federal. Desde allí inició acciones para recuperar la presidencia con el respaldo de las tropas federales. De esa manera la lucha entre los caudillos orientales se amplió a toda la región, convirtiéndose en un enfrentamiento entre dos modelos de organización.