Al comienzo de su vida independiente, Uruguay se caracterizó por su inestabilidad. Los enfrentamientos entre Juan Antonio Lavalleja, Fructuoso Rivera y Manuel Oribe determinaron la vida del país. Estos dos últimos caudillos fueron el primer y segundo presidente del Uruguay, respectivamente. Ambos gobiernos estuvieron marcados por grandes levantamientos y motines que culminaron en el estallido de la Guerra Grande, la guerra civil más larga que atravesó el país.