Cuando se inició la vida independiente del Uruguay, Montevideo era una ciudad amurallada y de casas bajas de piedra, barro o ladrillo. En 1833 comenzó la demolición de las murallas y se diseñó la ciudad nueva. Montevideo crecía y contaba con población de distintos orígenes. A pesar de que vivió un largo sitio (1842-1851), ese crecimiento se mantuvo. En esos primeros años, la vida en la ciudad era muy distinta que en la actualidad.