Para que un país europeo pudiese obtener el control de una colonia, antes tenía que realizar varios procesos. El primer paso era la conquista, que implicaba derrotar a los nativos para imponer su autoridad. El segundo paso era organizar su colonia, establecer un gobierno e imponer leyes. El tercero era comenzar la explotación de las riquezas de la colonia. Las diferentes formas de organizar la conquista y la explotación dieron lugar a distintos tipos de colonias.