A comienzos del siglo XX, los Estados Unidos se habían convertido en una de las potencias económicas más importantes del mundo. Su industria más exitosa era la de los automóviles, un producto que cada vez más personas querían poseer. Para abastecerlas era necesario aumentar la producción y lograr abaratarla. En la fábrica de automóviles de Henry Ford se puso en marcha un sistema que permitía producir más vehículos en menos tiempo y a un costo menor. Este sistema fue conocido como fordismo.