En 1813 el gobierno de Buenos Aires decidió convocar a una asamblea para definir si se declararía la independencia y qué forma tomaría el nuevo Estado. El gobierno convocó a las provincias a que enviaran sus delegados y propuestas. Durante las sesiones de la asamblea, las distintas posiciones dentro del movimiento revolucionario se enfrentaron y los objetivos iniciales de declarar la independencia y redactar una Constitución fueron abandonados.