En 1789 se inició la Revolución francesa. Con ella se marcó el fin del Antiguo Régimen tanto en lo político y social como en lo económico. En los diez años que duró la revolución, Francia dejó de ser una monarquía absoluta para convertirse en una república constitucional. A lo largo de esos años se eliminaron los privilegios de los nobles, se elaboró la primera declaración de derechos universales y se redactaron tres Constituciones. El mundo después de la Revolución francesa ya no fue igual.