Durante muchos siglos los reyes en Francia tuvieron un gran poder. Eran considerados los monarcas más ricos e influyentes de toda Europa. Sus palacios, el lujo en que vivían y sus joyas eran la envidia de todos los demás reyes. El último gran monarca fue Luis XVI. Él y su esposa, la reina María Antonieta, fueron apresados y condenados a morir en la guillotina, cuando la Revolución francesa puso fin al poder absoluto de los reyes.