El Imperio napoleónico tenía grandes fortalezas pero también muchas debilidades. Demasiados enemigos, constantes revueltas internas y problemas económicos causados por el bloqueo inglés a los puertos. Napoleón Bonaparte había logrado superar estos obstáculos con gran inteligencia política y militar. Pero la lucha constante debilitó al ejército francés, agotado por años de guerra. La economía europea necesitaba de Inglaterra y el fin del sueño de poder de Napoleón estaba cada vez más cerca.