En 1808 el rey de España y su hijo cayeron prisioneros de los franceses. Ante la ausencia del monarca no se sabía quién tenía el derecho a mandar en España y las colonias españolas en América, de modo que en las ciudades más importantes se formaron juntas integradas por los pobladores más respetados. Al principio, todos estaban de acuerdo en defender el poder y devolvérselo al rey cuando fuera liberado, pero luego muchos criollos vieron la oportunidad para declarar la independencia de España.