Cuando los europeos llegaron a América, derrotaron y conquistaron a los pueblos que vivían allí desde hacía miles de años. Bajo el dominio extranjero, la vida de los nativos cambió para siempre. Eran considerados salvajes, dejaron de ser libres y perdieron sus tierras, pero fueron obligados a trabajar en ellas para beneficio de sus dominadores. También su cultura fue invadida: sus costumbres, su idioma, sus creencias fueron sustituidos por la fe y la cultura europeas.