En las segunda mitad del siglo XIX se produjo un importante cambio en la producción ganadera uruguaya: el mestizaje y la mejora del ganado, tanto lanar como vacuno. Este proceso se dio por la mezcla con animales de razas europeas.
Las principales razas que se utilizaron para el desarrollo de la ganadería ovina provenían de Inglaterra, en particular la raza Romney Marsh. La mezcla de estos animales con las ovejas merino, originarias de España, dio como resultado la mejora en la calidad de la lana, que permitió la transformación de las exportaciones del país. A partir de 1880 se produjo un proceso similar con el ganado bovino. Los vacunos cimarrones fueron sustituidos por ganado de razas con alto rendimiento cárnico: Hereford, Shorthorn y Aberdeen Angus.
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