En una época donde no existían ni la fotografía ni la televisión, la única manera de que la gente conociera el poder y la riqueza de su rey era gracias a las obras de arte: la pintura, la escultura y la arquitectura.
Los reyes contrataban artistas para que hicieran obras grandiosas, que impactaran a quienes las veían. A esta forma de arte se le llamó barroco. En la pintura, por ejemplo, los personajes estaban en poses expresivas y se usaban los efectos de luz. Las esculturas y los edificios exhibían su grandiosidad. Se usaban mármoles de diferentes colores, cerámicas, telas y espejos. También se usaba oro, plata o piedras preciosas para decorar. En los alrededores había jardines y fuentes.
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