La Revolución francesa dejó una fuerte influencia en el resto de Europa. En los primeros años del siglo XIX, las monarquías absolutas eran rechazadas y aparecieron nuevas ideas que intentaban explicar los motivos que unían a las sociedades. Estas ideas cuestionaban la necesidad de la figura del rey para que las personas vivieran juntas y en paz. Algunos de estos nuevos pensadores se llamaron liberales y tomaban las ideas de la Ilustración. Otros fueron conocidos como románticos.