Desde la fundación de Montevideo hasta la independencia del Estado Oriental existió una fuerte rivalidad con Buenos Aires. Los dos puertos, situados uno casi frente al otro, fueron rivales y compitieron por ser la única vía de entrada y salida de productos para toda la zona del Río de la Plata. A lo largo de esos años los comerciantes porteños y los montevideanos se enfrentaron, buscando asegurar el poder.