Cuando los españoles quisieron llevarse a su país las riquezas de sus colonias, las dudas eran muchas: ¿cómo las llevamos hasta Europa sin que otros las roben?, ¿cómo les llevamos a los españoles que viven en América los productos que necesitan? Las soluciones que buscó la Corona española no fueron muy eficaces para resolver los problemas. No pudieron evitarse dos inconvenientes importantes: el comercio ilegal, conocido como contrabando, y el robo de barcos en mares y océanos: la piratería.